jueves, 8 de abril de 2010

Las desdichas de Blas

Como ya conté en alguna ocasión, la Mariana dice esa frase cuando las “desdichas” vienen de dos en dos. Y el la última semana mi día a día se ha vuelto a parecer a “las desdichas de Blas”. No se que tipo de desatinos tendría el pobrecito Blas, porque aquel teatro debía ser de la época de “los tiempos mozos” de mi madre, pero creo que cualquier día se puede escribir un teatro con “las desdichas de Eve”.

Como quedó claro en la entrada anterior, pasar la Semana Santa alejada de los potajes de la Mariana me hizo estar un poco decaída. Como el resolí tampoco llegaba (ni ha llegado aún) para hacerme compañía en esos días, decidí hacer torrijas, que algo me endulzaron la amargura de la añoranza del hogar, pero no fueron suficiente.

La noche de turbas salí hasta las 3 de la madrugada, hora a la que llegué a casa en el taxi, sin saldo en el móvil. Intenté abrir la puerta una y otra vez, sin suerte. Llovía suavemente y yo me imaginaba pasando la noche en la calle, con miedo de que la gente pasara y pensara que era una borracha incapaz de abrir la puerta. Después de probar y probar, decidí llamar al timbre, pero nadie lo oía. Intenté abrir la puerta una vez más, pero algo la frenaba desde dentro. Después de medio asimilar que dormiría fuera y echar algún “llorete” que otro, decidí llamar a la ventana de abajo donde, por suerte, esa noche dormían invitados. Me dijeron que no les desperté por la ventana, pero escucharon llamar a la puerta.

James había echado un pestillo arriba que sólo se puede abrir desde dentro. Yo no sabía de la existencia de ese pestillo, pero ahora lo tengo bien presente y creo que James también (no paró de pedirme perdón la mañana siguiente.

El viernes fui a bailar salsa y después salí por el centro. Al fin llegó mi momento porompompero. A alguien le doy por cantar “tu calorro” y yo no podía quedarme callada. Esa noche estuvo bien, y creo que hasta aquí es suficiente para entender porque no he tenido demasiado tiempo para encender el ordenador.

El sábado me quedaba quedarme de vigilante nocturna con 4 niños (los dos de siempre y dos hijos de un matrimonio que venían a pasar la noche). Como ya estaban la prima de marta y su novio (los que me abrieron la puerta) durmiendo en la habitación de abajo, tuve que cederle mi habitación al matrimonio y dormir con Oscar. El pobre sigue con reacciones de una vacuna que le pusieron la semana pasada. Ese día tenía un poco de fiebre y no paró de quejarse en toda la noche así que dormir, lo que se dice dormir, dormí poco.

A eso se une que al principio de la noche el hijo pequeño del matrimonio se levantó llorando y preguntando por su padre. Menos mal que la prima de Marta no salió (porque su novio se puso malo) y me ayudó. Se despertó al oír el llanto del niño y se quedó con él mientras yo calmaba a Arturo. Después se ofreció a quedarse un rato con los dos, hasta que se quedaron dormidos.

A la mañana siguiente yo viajaba a Portsmouth a pasar el día con Sensi. Era un viaje largo así que me puse la ropa más cómoda que encontré: deportivas, vaqueros y sudadera. No me llevé conmigo nada más porque pensaba volver en el día.
Durante el trayecto intenté contactar con ella, pero no hubo forma. Llegué a Portsmouth sin saber nada de ella. Yo le escribía a un móvil que le habían robado y ella me escribía a mi móvil español, que está en España. Llamé a María (la valenciana o mi prima, lo que mejor se entienda) para que le escribiera por tuenti. Cuando ya pensaba que había echado el viaje en balde, me crucé con ella. Después de explicarnos lo que había pasado con los móviles me dijo que no trabajaba al día siguiente así que había pensado salir esa noche para celebrar su cumpleaños. Como yo tampoco tenía que trabajar el lunes decidí intentar cambiar el billete y comprarme algo de ropa barata para salir esa noche.

Cambiar el billete fue una odisea telefónica, pero lo conseguimos. Lo de la ropa…no hubo forma. Conseguí unos zapatos por 13 libras en la única tienda abierta del centro. Casi todo estaba cerrado por vacaciones de pascua.

Una amiga suya se prestó a dejarme una camisa, pero no hizo falta. Después de las correrías por toda la ciudad buscando una camiseta, los amigos de Sensi estaban casados y no salieron de casa, solo nos juntamos para charlar un poco.

Pero al día siguiente seguía necesitando ropa. Rosana me escribió para decirme que por la noche salía. A mi me veía genial porque al llegar a Luton tenía que coger un taxi de todas formas así que lo mejor era, al llegar al centro, salir a tomar algo por allí y dejar lo del taxi para más tarde.

Me compré unos leggins y una camiseta, algo que ocupara poco y fuera económico. Me duché, me arreglé para irme ya vestida y, una vez montada en el autobús, Rosana me dice que está enferma y no puede salir.

El autobús de Portsmouth me llevaba a Londres y, desde allí, debía coger otro autobús hasta Luton. Lo único que tenía era un código con el que se supone que podía viajar, que me habían dado por teléfono. En Portsmouth no hubo problema, pero el conductor del autobús en Londres me dijo que ese código no era válido, que necesitaba un nuevo número de ticket, tenía que haber recibido un mensaje. Aún así, me dejó que subiera al autobús y me dijo que llamara a la compañía para intentar conseguir el número.

No obtuve respuesta de la compañía. A mi miedo de tener que salir corriendo al llegar a Luton para que no me pidiera que pagara de nuevo algo que ya había pagado, se sumaban mis intentos por salir a tomar algo, que para algo me había vestido y, además, ya que llegaba a pleno centro de la ciudad, que mejor oportunidad que esa.
Alex (la polaca) me escribió y me dijo que la recogiera a las 11:30, que terminaba de trabajar entonces. Pero mi llegada a Luton se adelantó a las 10:30.

El conductor me dijo que no pasaba nada, así que pude salir dándole las gracias y sin correr. Al bajar del autobús se me rompió la bolsa donde llevaba la ropa, así que decidí ir a ver a Rosana.

Rosana resolvió mis problemas: me dio una bolsa (que además se quedó allí y no tuve que cargar con ella por los bares) y nos dimos conversación mutua la hora que yo tenía colgada. Dio bastante de sí como para planear jueves y sábado, día en el que se va a vivir con Alex y en el que es posible que les haga una zurra en su nueva casa.

Pero no todo acabó aquí. A Alex le habían surgido contratiempos en el trabajo y no había terminado a las 11:30. Pero después de todo lo que había pasado decidí echarle una mano y esperarla. De todas formas, mientras le ayudaba, me iba “pagando” con algo a lo que llaman sangría pero que nada tiene que ver con esa bebida, solo que llevaba alcohol y frutas.

Nos fuimos a liquid pero, para rematar la jornada, la pista estaba repleta de babosos horrendo que nos hicieron permanecer allí menos de una hora.
Ayer estuve con los niños de 8 de la mañana a 7 de la tarde y a la 8 me fui a bailar salsa. Hoy también tenía opción de salir, pero necesitaba un descanso y, al final, me voy a acostar más tarde de la cuenta.

En fin, mientras, la racha desdichas haya acabado…

Escucho: Estuve a punto de...(Miguel Bosé)

6 comentarios:

  1. Pos sip pos sip pos sip, vamos a tener que cambiar el nombre al dicho e institucionalizar otro: "Eve, el rigor de las desdichas"
    Lo que no te pase a ti no le pasa a nadie, manda huevos!!
    Y todavía no ha llegao el resoli?? Pos ya no lo ves, eso es que alguien vió la botella, alucinó con las Casas Colgadas y se dijo: esto es para mi.
    Ale que te mando un besete y que todas tus desdichas sean tan solo esas que cuentas.

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  2. jajjajajaja Eve!! me encantó tu entrada, porque me identifico mucho con lo que cuentas!! Mal de muchos consuelo de tontos,pero bueno para que te consueles te diré que en las últimas tres semanas sólo me ha faltado montar en burro. Primero me habían cogido para un super curro, y finalmente me dieron la estacada. Luego llegó el virus estomacal que me dejo hecha polvo, cuando parecía que me recuperaba me entró una gripe que me tuvo en cama tres o cuatro días (Semana Santa por supuesto)Para colmo de males me ha salido un eccema en la cara que crece por momentos y que ha decidido fijar su lugar de residencia ahí, justo debajo de mi ojo... Así que bienvenida al club de las desgracias!!! Podríamos crear un grupo de facebook, algo así como: "Jovencitas que no paran de tener desdichas"jajajajjajajaja.
    un besazo guapaaa y ánimo que hay cosas peores!!

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  3. Mi Eve! Me haces mucha falta, estoy segura que estuviera alla me estuviera riendo mucho, pero no de tus desdichas sino de tu forma de contarlas, porque tu forma de ver la vida alegran el corazon de muchos, jamas olvides lo genial que eres...un gran muack

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  4. ¡Hola Eve! Soy Merce, de la Roda (de la habitación 304 de María de Molina). Estas vacaciones de Semana Santa me puse a leer el blog desde el principio de los tiempos, porque no lo conocía antes. Eres una artista escribiendo, me he reído mucho con tu forma de contar las cosas y me alegro un montón de que las cosas vayan mejorando y encuentres tu sitio por allí(tu trabajo te ha costado!). Un besaco gooordo.

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  5. A ver flipa de la vida!!! Como que me sale la voz triste?? Me sale la voz que tengo, si es que
    no me has visto la cara recitándolo, ya te lo recitaré para mayo y verás como se me iluminan los ojos, jejeje. Y el poema que escribiré con los pies pues tb espero que sea alegre.
    Ay pedorra si es que no me puedes ver y por eso no ves mi careto, como te imaginas que lo tengo ahora mientras te escribo? alegre o triste, eh???
    Cuídate pedorra, que ya no te queda naaaaaa.
    Besoteeeeeee ( grande y alegre)

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  6. Por cierto, evewing evewing, como me va a resultar un rato difícil coincidir contigo esta semana, te informo que "el paquete" ya está en casa así que no lo esperes. En fin, cosas que pasan.
    Otro besoteeeee

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