sábado, 31 de octubre de 2009

Ya te llamaremos

La famosa frase que tanto molesta en España creo que aquí suena aún peor. Todos sabemos que el “ya te llamaremos” es lo mismo que decir: “No te necesitamos trabajando aquí”. Así que digamos que mi búsqueda de trabajo sigue estancada.

Ayer estuve cenando con Adam. Cuando volvía a casa me pasé a saludarle y no se conformó con invitarme a un café, su mujer me preparó una hamburguesa y me dijo que era para mí. Por más que le insistí en que estaba a dieta y que tenía colesterol no paro de insistir hasta que me la comí. Me dijo que fuera por allí cuando quisiera, pero nunca como cliente, que era muy joven, estaba buscando trabajo, todo era muy cara para mí y el iba a invitarme siempre que me viera por allí. No conforme con esto llamó a su amigo, al que buscaba gente pera su cafetería, para insistirle en que me pusiera a trabajar allí. La excusa que le dio es que soy demasiado joven (¡Mando huevos! Lo siento pero no se me ocurre otra expresión mejor para definir la estupidez de la explicación). Me dijo que le seguiría insistiendo…

Aproveché la cena para contarle un poco mi día y las excusas (tales como que necesitan a alguien con un inglés muy fluido para vender una camiseta (a lo que Adam me contestó que s que tengo un inglés fluido, ¡qué majo!).

En fin, después de esta cena llegó la fiesta y la verdad: esto es peor que Madrid. Me refiero a moverse por la ciudad (¡Es desesperante!). Y la idea de coger un taxi aquí no es factible. Conclusión: Toda la noche buscando que bus coger y esperando en marquesinas.

El club estaba bastante bien, tenía tres salas llenas de gente disfrazada y los cubatas costaban 3 libras (los chupitos también). Aquí te dicen que te ponen ron con cola y no te queda otra que creértelo pero a mi me sabía a todo menos a eso. Para encontrar el sitio tuvimos que preguntar a mucha gente y, una vez allí me volví loca buscando a César y a Andrew: Cuándo yo iba al sitio en el que se suponía que estaban, ellos iban al lugar donde se suponía que estaba yo.



La música andaba un poco atrasado (¡por favor ¡¡Qué dejen de poner Umbrela en las discotecas!) Pero pusieron la versión inglesa de “loba”. Fue, sin duda el momentazo de la noche (y en un determinado momento me decidí a acompañar a Lino haciendo el tono en el pódium, pero no demasiado que aquí se escandalizan con poco)
Antes de ir al club estuvimos haciendo juegos, bebiendo y comiendo en la casa. Vinieron los amigos de Lino y Severin y la montamos aquí casi mejor que en club. La idea era que todos nos pintáramos la cara pero solo hubo pintura para Severin y para mi. Severin se puso todo el pelo blanco con un espray. La verdad es que lo que no acabó en su cabeza acabó en mi estomago. No se como no he muertos intoxicada. Se echo todo el bote en la cabeza conmigo al lado y tuve sabor a pintura en la boca toda la noche.



Hoy ha sido día de calma y de ver las fotos de ayer. Estos chicos están muertos pero al final les he convencido para dar una vuelta por los locales de Candem esta noche.
Finalmente no tengo compañera tampoco esta semana, así que sigo a mis anchas en la habitación. A ver si le hago fotos y las cuelgo antes de cambiarme a la otra casa.
Llevo toda la tarde viendo el episodio II de Star War, por no decir toda la noche (a las 4:30 pm empieza a anochecer aquí)

Think,Use the Force!

Escucho: She Wolf (Shakira)

viernes, 30 de octubre de 2009

Adam & Eve

La noticia de que la graduación de periodismo es el día 11 de Noviembre me habría venido mejor recibirla otro día. No es solo una forma de recordatorio de que no me gradúo el año que viene, es también saber que no voy a poder ver a los que sí lo hacen.

Pero esto no ha sido nada. Una mañana más perdida. He tenido la sensación de que el tiempo avanzaba y yo seguía estancada en el mismo lugar. No he podido imprimir el currículum hasta el medio día, poco antes de las clases. Cuando las termino ya está todo cerrado, así que de poco me valía para hoy.

Después de dar unas cuantas vueltas y comprar unos bolígrafos (el profesor que revisó mi currículum me birló el pilot que me dio mi hermana en el aeropuerto). He decidido pasar a las tiendas sin currículum con la intención de decir que podría llevarlo mañana.

En la calle en la que sigo viviendo he descubierto un cartel en una cafetería pidiendo nuevo personal. Ha sido una odisea. La primera vez que he entrado a la tienda estaba llena de policía. No se que habrá pasado pero, como era obvio que no era un buen momento, me he dado media vuelta. Pasado un tiempo he vuelto. Un hombre y una chica que trabajan ahí me han dicho que volviera dentro de una hora porque en ese momento el jefe estaba muy ocupado. El hombre me ha dicho que en una cafetería cercana necesitaban gente, que si estaba buscando trabajo podía preguntar allí. Las indicaciones que me ha dado no eran muy buenas, así que he vuelto a casa a prepararme la comida y pasar así la hora que me habían dado de plazo para volver allí.

Al volver a la tienda comienza la historia de Adán y Eva. No voy a hablar de la biblia (no tengo tantas ganas de aburrir a nadie), pero tengo que puntualizar que en inglés estos personajes son Adam y Eve.

El jefe de la cafetería era un hombre mayor. Me ha explicado que el trabajo era en otra cafetería de un amigo suyo y que me daba el número de teléfono. Después de apuntarme el número y el teléfono de su amigo, me ha explicado como llegar pero, al darse cuanta de que no tengo ni idea de donde está nada todavía ha decidido acompañarme.

A su paso el camino no ha sido corto y me ha dado tiempo de sentirme “periodista” de algo así como “turcos por el mundo”. El hombre me ha estado contando cuando llegó a Londres, la gente que ha tenido trabajando con él, me ha hablado de sus hijos y, por supuesto, me ha preguntado muchas cosas a mí (en ese momento era yo la entrevistada en mi particular “Cañaverera por el mundo”). El hombre ha sido muy amable y me ha insistido en que si no me gustaba el trabajo él me ayudaba a encontrar otro.

Cuando ya estábamos llegando le he preguntados su nombre (el me lo preguntó al inicio de la conversación pero me dijo algo tras contestarle y no pude preguntarle por el suyo). Su nombre era Adam. De ahí la broma que hemos tenido los dos de “Adam and Eve”. Creo que no vamos a olvidad ninguno el nombre del otro con una tontería tan grande como esta.

Me ha esperado en una esquina cercana mientras yo hacía mi presentación ante el jefe de “Mamma mía” (así se llamaba el sitio al que me ha llevado a preguntar por el trabajo). Todo se ha quedado en el típico “ya te llamaré”.

Al salir, Adam estaba cumpliendo su palabra de esperarme. Me ha dicho: “¿no le habrás dicho que te he acompañado?” y por supuesto que no le había dicho nada, sólo que me había enterado de que necesitaban gente por él. Adam me ha dicho que mejor así, que hablaría intentaría llamar a su amigo y mañana me diría que sensación le he causado. Y que si me llama me pase por su cafetería y le cuente.

En el camino he descubierto un Iceland. Era el supermercado donde Sensi y yo comprábamos la comida todos los días, así que le he dicho a Adam que estaba también agradecida por ese descubrimiento.

Así que de momento he contado con dos buenas personas aquí Adam y Ricardo (que lleva un rato preocupado por mí porque le he dicho que hoy he estado un poco decaída con esto del trabajo). Ninguno de los dos es inglés. Creo que esa es la razón por la que me gusta tanto Londres: Estoy en Inglaterra (que es un país con muchísimo encanto) pero apenas estoy rodeada de ingleses (que en muchas ocasiones carecen de él).

Para rematar el día: los vuelos. ¡Vaya precios! A este paso nadie viene a verme y yo voy a tener que donar un riñón en el mercado negro para poder ir en Navidad a casa.

Mañana será otro día…

¡Y con fiesta! (y yo sin disfraz...)

Escucho: Petenera (Marea)


jueves, 29 de octubre de 2009

Marea tendrá que esperar a mañana

Lo primero que tengo que decir es que soy una bizca, dentuda, barriguda, cara-pan y cara muerta con bolsas en los ojos, y por todo eso soy la primera que no debería llamar a nadie feo. Así que si algún día alguien entra por aquí y se siente ofendido espero que esta autocrítica y una disculpa sincera enmienden el agravio causado. Así que intentaré dejar de lado ese deporte tan propio de los españoles que es “criticar sin fin” y centrarme en otras cosas o, mejor aún, decir cosas feas solamente de quien lo merezca.

Con esto atiendo a los consejos de la gente que lee los testamentos que voy escribiendo y que, aunque no me firman (ya podían hacer un esfuerzo…), me hacen comentarios por otras vías.

Por cierto, ya empiezo a echar de menos imágenes como ésta:
Atardecer de Cañaveras (Foto: Ana, mi hermana)

Cambiando de tema y centrándome en el día a día, lo más relevante de hoy ha sido mi nueva casa. Había quedado con la dueña esta mañana y me ha transmitido muy buenas vibraciones desde el primer momento. Nació en Etiopía pero lleva viviendo en Londres desde niña, así que su inglés es perfecto (1ª ventaja, porque con ella puedo mejorar más y mejor el inglés que con la gente de esta casa, que nadie lleva más de un año viviendo aquí) y con ella vive una chica colombiana y otras de Europa de Este. He conocido a la colombiana esta tarde y va a ser la chica con la que comparta habitación. Del resto de habitantes sabré más cosas cuando me instale, pero de momento lo importante era saber que las que vamos a compartir habitación éramos “compatibles” y que la dueña ponía buenas condiciones para vivir allí.

La casa está, como mucho, a 3 minutos andando desde el sitio donde vivo ahora, eso la coloca a unos 10 minutos de la escuela y, por tanto, a 15 minutos de Candem Market (2ª ventaja). Es un segundo piso con ascensor, no tienen moqueta (3ª ventaja: muy importante porque mi alergia no puede soportar y el polvo de una moqueta no se llevan nada bien, y todo el mundo me decía que aquí era muy difícil encontrar casas que no tuvieran), no hay salón, pero tengo televisión en el cuarto y en la cocina hay una mesa donde comer tranquilamente. Dormiré en una litera, la de arriba (4ª ventaja, siempre elijo la de arriba) y el colchón, además de nuevo, es sin muelles, o eso parece, quiero decir que es entero de visco látex, o como se diga (5ª ventaja: es lo mejor para mi espalda tan estropeadilla, la pobre). Y por último, hay wifi y está incluida en el precio junto el resto de gastos (6ª ventaja: es lo mismo que donde estoy ahora pero todo está un poco más nuevo y pago justo la mitad).

Así que por todas esas razones, porque no tengo que comprar sábanas y puedo llevar un invitado (no creo que pueda llevar más de dos porque, a parte de compartir habitación, no ha mucho espacio), ya he pagado la fianza y las primeras dos semanas. Llevaré mis cosas allí el próximo día 6.

La otra cosa importante del día se centra en mi búsqueda desesperada de trabajo. He estado hablando con el Hungaro, Andrew, y tiene el mismo problema que yo: que no nos sentimos preparados para buscar un trabajo estando tan poco sueltos con el idioma (estoy segura que después de la fiesta del viernes la soltura va a cambiar a mejor, SÓLO HABLO DEL IDIOMA)
Gracias a la ayuda de Ángela (cuando ya creía que era imposible que alguien me ayudara con el tema del currículum, tuvo que aparecen una “manchega por el mundo” y salvarme el pellejo) he podido saber como organizarlo un poco y un profesor me lo ha corregido y le ha dado el visto bueno. Ahora tengo que pasarlo a ordenador y mañana dedicarme a pasar toda la mañana empapelando Candem con él.

También he ido a Starbuks a por la “Application Form” pero la chica, muy amablemente me ha dicho que “puedo probar, pero ya tienen varios candidatos”. Además, el profesor me ha dicho que en estos sitios son más estrictos con el National Insurance Number que, por supuesto, todavía no tengo, así que probaré primero en otras tiendas (¡Si será por tiendas en esta zona!)
La dueña de mi futuro alojamiento me ha dicho que lo voy a tener fácil porque doy el perfil de la gente que buscan en las cafeterías: blanca, joven y alegre. Espero que tenga razón.

La última noticia del día para mí ha sido que Rulo deja La Fuga: http://www.lafuga.net/ Así que aunque hoy tenía pensada una canción de Marea, la tengo que dejar para mañana, porque creo que está claro lo que suena ahora en mi ordenador:

Escucho: Pa aqui pa alla (La Fuga)

miércoles, 28 de octubre de 2009

Preparando la primera fiesta


Se que estos días estoy escribiendo mucho, pero no creo que siempre sea así. Son los primeros y supongo que son más intensos y tengo más cosas que hacer. Además, el viernes no creo que tenga mucho tiempo para escribir por que en la escuela adelantan Halloween. Ya he comprado mi entrada para el viernes y ahora oca buscar algo barato que sirva como disfraz. He visto una tela de araña en la tienda “99 p” y estoy pensado echármela por encima y pintarme la cara y x algo más de 1 libra ya voy haciendo el ridículo lo suficiente.

Dos cositas tengo que decir: que mis faltas de ortografía nunca desaparecerán porque soy muy despistada pero algunas de ellas (sobre todo cuando faltan letras) son por culpa de mi teclado. Mi ordenador esta un poco “viejete” y tengo q darle a las teclas con fuerza y, aún así, a veces no salen. Y la otra cosa es que el chico de la nariz grande sigue teniendo la nariz igual de grande que ayer y supongo que mañana seguirá en el mismo sitio (me fijo en su nariz pero nada más… ¡Cuanta gente hay mal pensada por el mundo…!)

Respecto a los hombres: de momento no está el mercado por aquí como para tirar cohetes. Todavía no he visto a nadie que me haya hecho pensar: ¡Como me alegro la vista contigo, chico! Pero no importa, que se supone que aquí mi objetivo es aprender inglés… (ahí lo dejo…)

Cambiando de tema, ya estoy registrada en el centro médico más cercano para que la señora enfermera o el señor enfermero de turno me pueda poner mi inseparable vacuna de la alergia. Ricardo, el responsable de la casa, se ha pasado conmigo toda la mañana dando vueltas hasta descubrir donde tenía que ir a registrarme. Ya le he dicho que abandono la casa (sin haber sido nominada) por que esto es muy caro pero que vendré a hacerles visitas. Y Ricardo tan contento, con su sonrisa en la cara y su tranquilidad japonesa. Hoy he pasado muchas horas con él porque al terminar las clases me lo he encontrado y me he ido a hacer la compra con él. Me ha regalado unas uvas (porque la segunda unidad le ha salido gratis) y ha cenado conmigo, además de darme a probar una sopa de soja o no se que historia…Creo que a Ricardo le caigo bien y a mí me parece un chico muy majo que me está ayudando mucho en los primeros días (recordatorio: es feo).

He estado mirando habitaciones cercanas y la más barata resulta estar justo en la calle de al lado. Mañana por la mañana iré a verla y si no me convence demasiado tengo el número de una chica española (que vive con gente de diferentes nacionalidades) que está buscando a alguien para su piso. Me sale por el mismo precio q la casa de al lado pero está más lejos, así que espero que la primera opción no me falle.

Lo del trabajo es otra cosa. Supuestamente necesitan gente en Mark & Spencer y en Starbuks (o la “sirenita cara” como lo llamaba Jana). Mark & Spencer tiene una tienda justo enfrente de la escuela así que mañana pasaré a preguntar y, me han dicho, que hay un Starbuk en Candem Market así que iré a buscarlo y haré la misma operación. El problema es que en situación comprometidas o que entrañan cierta importancia, como es el caso, mi nivel de inglés baja bastante. Creo que pasa de ser upper-intermediate (que es el nivel en el que me han puesto en la escuela) a Elementary, y supongo que un el nivel tan bajo que voy a demostrar gracias a no saber controlar mis nervios cualquier tiendecita me va a mandar a limpiar escaleras…

He hablado con un profesor y mañana (¡por fin!) me ayuda con mi currículum, pero tengo que llevarle un borrador. La chica italiana de mi clase, Roberta, me ha dicho que me ayudaba a inventarme trabajos, pero al final no hemos podido hacerlo así que me toca echarle imaginación a mi sola.

A Ricardo le ha sorprendido lo “sano” que como. Me ha dicho que va a llevarme algún día a un restaurante vegetariano. Espero aguantar comiendo todo el tiempo que pase aquí y huir de toda la grasa que comen por estos barrios porque Roberta me ha dicho que ha engordado 5 kg en 3 meses. Yo ya los engordé en un solo mes así que si no sigo ciertas pautas… me veo haciéndome una liposucción.

La verdad es que el te está mejor con azúcar, pero supongo que me acabaré acostumbrando a tomarlo si ella…



Escucho: Esa chica tan cara (Platero y tú)

lunes, 26 de octubre de 2009

Tomando decisiones

Hoy ha sido un día de calma y creo que es mejor tomarlo así. He hablado con la escuela y he dejado apalabrado mi curso y mi alojamiento hasta Navidades, con la posibilidad de cambiar el horario si encontrara un trabajo. La verdad es que el precio del curso no está mal para lo que estuve mirando por internet, pero el alojamiento es bastante caro. De aquí viene mi toma de decisiones: quedarme o buscar otra cosa.

Así que ahora empieza mi carrera contra reloj para organizar todo. Supongo que lo mejor es irse de aquí. Menos mal que he tenido la suerte de coincidir con una italiana en clase que parece que sabe de todo y puede que me eche una mano tanto en lo del trabajo como en lo del alojamiento.
La verdad es que según ha ido avanzando el día me he ido sintiendo más torpe, pero creo que ha sido por el cansancio. A las 9 hice el examen oral de nivel y apalabré las cosas para alargar el curso. Además conocí a dos alemanes con los que he hablado bastante rato. Pero claro, todo el mundo tienes las clases por la mañana, así que me he quedado sola hasta las 2 que debía volver a la escuela para el recibimiento de los nuevos estudiantes.

He aprovechado el tiempo para comprarme en un móvil (con el que más tarde he hecho la primera llamada de intento de “curro” fallido) y coger cosas en el supermercado que se me olvidaron ayer y que, por cierto, no completaban mis necesidades (¡Pero como se me ha podido olvidar la sal!).

La charla de las 2 no ha durado más de 10 minutos, razón por la que me he vuelto ha quedar sola. He perdido un poco de tiempo en los ordenadores y he decidido dar una vuelta. Ya he encontrado la tienda “99p” más cercana (algo parecido a lo que conocíamos como “los 20 duros”), por lo que ahora solo me falta encontrar el Primark más cercano y, bueno, encontrar el Tesco tampoco estaría mal, aunque el House Manager me dijo que el supermercado de al lado de casa era bastante barato comparándolo con otros.

Cuando por fin han llegado las 4 de la tarde me he quedado sola en la clase con otro chico de Hungría, pensando que éramos los abandonados del colegio. He de reconocer que me he fijado mucho en su nariz, al final va a tener razón mi hermana con eso de que me gustan los chicos con narices grandes…

El profesor y el resto de alumnos han llegado tarde. Nos han dicho que faltaban dos estudiantes hoy. De momento están una chica y un chico colombianos, una chica argentina, la italiana que me ha dado consejo, el húngaro alto, rubio y con la nariz grande y yo. Por supuesto, he hecho grupo con los dos últimos que además nos hemos quedado solo en la segunda parte de la clase por que el resto por temas de visado no pueden dar clase a partir de las 6 de la tarde.

Hemos estado hablando de la fiesta de Halloween. Hoy han decorado la escuela con calabazas, brujas y esqueletos y el viernes tenemos la fiesta, supongo que mañana compraré la entrada. Con el sueco de mi casa también he estado hablando de la fiesta al llegar. Es el chico más majo de la casa, no se si será porque es de mi edad, pero me cae bien (tiene un gran fallo: fuma y yo le acompaño al patio a su vicio, pero la verdad es que en el exterior no me incordia tanto el humo y dentro no se puede fumar no es demasiada molestia)

Me he hecho mucha gracia que me preguntara a las 7:30 de la tarde que si iba a hacerme la cena, pero el mismo ha caído en la cuenta de lo absurdo de su pregunta diciéndome: “¡Ah no! ¡Qué eres española y vosotros cenáis a las 9!

O a las 10…o a las 11…
(Menos mal que me traje el aceite de oliva, la ensalada sabe casi como en casa)



Escucho: La vereda de la puerta de atrás (Extremoduro)

domingo, 25 de octubre de 2009

El sol me recibe en Londres

Fue bastante sorprendente ver que hasta mi tortuga (desparecida más de un mes) saliera ayer de su escondite a despedirme, pero más sorprendente ha sido mi recibimiento en Londres: El sol. Yo que pensaba que no lo iba a ver por aquí… Pero no, la ciudad que todo el mundo describe como “gris” ha brillado bastante, así que no me puedo quejar de su recibimiento.

Si describiera mi viaje como agradable mentiría porque, hay que reconocer que los de ryanair sabrán ofrecernos vuelos baratos pero lo que mejor se les da es dar por culo. ¡Qué alguien les rompa la megafonía! La gente que coge un vuelo a las 6:30 de la mañana quiere dormir, no quiere comprar lotería. Pero obviando este detalle he de reconocer que no ha estado mal del todo: tenía ventanilla y mucho hueco, aunque también responsabilidad…Como suena eso y lo mejor es que no es broma, estaba sentada al lado de la salida de emergencia, así que tendría que haberla abierto si nos pasaba algo. Seguro que para le gente que monta en aviones continuamente eso es algo normal, pero para mi, dentro de mi gran ignorancia, ha sido muy curioso escuchar al “azafato” diciéndome que si algo pasaba tendría que echarle una mano.

Lo mejor del viaje ha sido la compañía. “Castellano-manchegos por el mundo”. Un chico de Albacete que iba a Polonia y tenía que pasar ONCE horas de trasbordo en Londres. Siempre he dicho que en este viaje iba a huir de los españoles, pero tengo que reconocer que en esos momentos me ha venido muy bien su ayuda, así que esta excepción está justificada.

Al montarme en el bus que me traía al centro de Londres me he dado cuenta de que ahí empezaba la aventura, “estaba sola”. Al llegar a Londres he tenido la brillante idea de coger el metro con mi mochila a la espalda (8kg) y una maleta de rudas en cada brazo (14 kg cada una), vamos, una gozada para mi escoliosis. Pero no tenía otra opción: Me han dicho que el taxi me podría costar unas 35 libras y sabía el número de bus que tenía que coger pero no estaba muy segura de bajar, por mi cuenta y riesgo, en la parada adecuada.

En Barajas no dejaron que una chica metiera su equipaje de mano en el avión. Debía sobrarle un centímetro. Ha tenido mala suerte, porque maletas más grandes que la suya han entrado: las de lo últimos en entrar. Esa chica también estaba con su maletones prepara para coger el metro, pero ella iba para el sur y yo para el norte. He perdido la cuenta de las escaleras que he tenido que subir y bajar cargada… ¡Cómo he echado de menos los ascensores y las escaleras mecánicas del metro de Madrid!

Cuando he llegado a Candem no sabía si estaba en Londres o en una pequeña colonia española, pero alejando por inercia del tumulto de gente hambrienta de regateo y compras curiosas he encontrado mi calle pero el primer número que he visto en una puerta era el 188. Matizo: 2 maletas, una mochila, avión, autobús, metro, un buen paseo…y el número que busca era el 14. No se porque no he perdido el bueno humor ni el dolor de espalda me ha hecho pararme a descansar un rato, pero lo he conseguido y en ese momento ha sido cuando más perdida me he sentido. No sabía si llamar a la casa, llamar al teléfono del contacto que supuestamente me la enseñaría o sentarme en la puerta agotada. Y mientras que me decidía apareció Ricardo, la persona a la que tengo que pelotear para que si alguien viene a verme yo pueda colarlo sin que suponga el gasto adicional que viene establecido en el contrato que, por cierto, no he firmado.

Me encanta la casa, es una especie de mini residencia, con un salón, cocina, patio y dos baños. No tengo compañera de cuarto así que, de momento, estoy a mis anchas, pero supongo que sería mejor tener a alguien con quien hablar en inglés por obligación, porque a la gente de la casa la puedes evitar pero al compañero…

Se supone que esta noche nos vamos a juntar en el salón para decidir como vamos a organizar esto. La verdad es que estoy encantada. Si puedo me quedo aquí hasta Navidad. El tal Ricardo nos ha dicho que podemos hacer fiestas y nos ha dado a entender que tenemos libertad y que lo único que pide es que limpiemos. Lleva todo el día limpiando los destrozos de la gente que se ha ido de la casa este fin de semana…con lo buenazo que se le ve da penilla, el chico no pierde su sonrisa (por cierto, sí , es feo…)

Ya he paseado por Candem y he hecho mi primera compra. Se que voy a echar de menos a la gente, que los tomates que he comprado no tendrán nada de sabor, que los ingleses no tienen una personalidad que ligue bien con la mía, pero también sé que esto me encanta. Vivo en una calle muy tranquila al lado de la zona del “alboroto” que es, además, donde está la escuela y donde me gustaría encontrar un trabajillo, que ya he visto algún cartelito en escaparates reclamando personal…

A ver que currículum me invento…



Escucho: Tiramisú de Limón (Joaquín Sabina)