domingo, 25 de octubre de 2009

El sol me recibe en Londres

Fue bastante sorprendente ver que hasta mi tortuga (desparecida más de un mes) saliera ayer de su escondite a despedirme, pero más sorprendente ha sido mi recibimiento en Londres: El sol. Yo que pensaba que no lo iba a ver por aquí… Pero no, la ciudad que todo el mundo describe como “gris” ha brillado bastante, así que no me puedo quejar de su recibimiento.

Si describiera mi viaje como agradable mentiría porque, hay que reconocer que los de ryanair sabrán ofrecernos vuelos baratos pero lo que mejor se les da es dar por culo. ¡Qué alguien les rompa la megafonía! La gente que coge un vuelo a las 6:30 de la mañana quiere dormir, no quiere comprar lotería. Pero obviando este detalle he de reconocer que no ha estado mal del todo: tenía ventanilla y mucho hueco, aunque también responsabilidad…Como suena eso y lo mejor es que no es broma, estaba sentada al lado de la salida de emergencia, así que tendría que haberla abierto si nos pasaba algo. Seguro que para le gente que monta en aviones continuamente eso es algo normal, pero para mi, dentro de mi gran ignorancia, ha sido muy curioso escuchar al “azafato” diciéndome que si algo pasaba tendría que echarle una mano.

Lo mejor del viaje ha sido la compañía. “Castellano-manchegos por el mundo”. Un chico de Albacete que iba a Polonia y tenía que pasar ONCE horas de trasbordo en Londres. Siempre he dicho que en este viaje iba a huir de los españoles, pero tengo que reconocer que en esos momentos me ha venido muy bien su ayuda, así que esta excepción está justificada.

Al montarme en el bus que me traía al centro de Londres me he dado cuenta de que ahí empezaba la aventura, “estaba sola”. Al llegar a Londres he tenido la brillante idea de coger el metro con mi mochila a la espalda (8kg) y una maleta de rudas en cada brazo (14 kg cada una), vamos, una gozada para mi escoliosis. Pero no tenía otra opción: Me han dicho que el taxi me podría costar unas 35 libras y sabía el número de bus que tenía que coger pero no estaba muy segura de bajar, por mi cuenta y riesgo, en la parada adecuada.

En Barajas no dejaron que una chica metiera su equipaje de mano en el avión. Debía sobrarle un centímetro. Ha tenido mala suerte, porque maletas más grandes que la suya han entrado: las de lo últimos en entrar. Esa chica también estaba con su maletones prepara para coger el metro, pero ella iba para el sur y yo para el norte. He perdido la cuenta de las escaleras que he tenido que subir y bajar cargada… ¡Cómo he echado de menos los ascensores y las escaleras mecánicas del metro de Madrid!

Cuando he llegado a Candem no sabía si estaba en Londres o en una pequeña colonia española, pero alejando por inercia del tumulto de gente hambrienta de regateo y compras curiosas he encontrado mi calle pero el primer número que he visto en una puerta era el 188. Matizo: 2 maletas, una mochila, avión, autobús, metro, un buen paseo…y el número que busca era el 14. No se porque no he perdido el bueno humor ni el dolor de espalda me ha hecho pararme a descansar un rato, pero lo he conseguido y en ese momento ha sido cuando más perdida me he sentido. No sabía si llamar a la casa, llamar al teléfono del contacto que supuestamente me la enseñaría o sentarme en la puerta agotada. Y mientras que me decidía apareció Ricardo, la persona a la que tengo que pelotear para que si alguien viene a verme yo pueda colarlo sin que suponga el gasto adicional que viene establecido en el contrato que, por cierto, no he firmado.

Me encanta la casa, es una especie de mini residencia, con un salón, cocina, patio y dos baños. No tengo compañera de cuarto así que, de momento, estoy a mis anchas, pero supongo que sería mejor tener a alguien con quien hablar en inglés por obligación, porque a la gente de la casa la puedes evitar pero al compañero…

Se supone que esta noche nos vamos a juntar en el salón para decidir como vamos a organizar esto. La verdad es que estoy encantada. Si puedo me quedo aquí hasta Navidad. El tal Ricardo nos ha dicho que podemos hacer fiestas y nos ha dado a entender que tenemos libertad y que lo único que pide es que limpiemos. Lleva todo el día limpiando los destrozos de la gente que se ha ido de la casa este fin de semana…con lo buenazo que se le ve da penilla, el chico no pierde su sonrisa (por cierto, sí , es feo…)

Ya he paseado por Candem y he hecho mi primera compra. Se que voy a echar de menos a la gente, que los tomates que he comprado no tendrán nada de sabor, que los ingleses no tienen una personalidad que ligue bien con la mía, pero también sé que esto me encanta. Vivo en una calle muy tranquila al lado de la zona del “alboroto” que es, además, donde está la escuela y donde me gustaría encontrar un trabajillo, que ya he visto algún cartelito en escaparates reclamando personal…

A ver que currículum me invento…



Escucho: Tiramisú de Limón (Joaquín Sabina)


2 comentarios:

  1. Mucha suerte en esta aventura Eve! (si te sirve de consuelo, la última vez que volé con Ryanair me senté en la salida de emergencia y también flipé cuando la azafata vino a explicarnos cómo debíamos comportarnos en caso de accidente, en fin... es lo que tiene ir un poco más holgadillo, jeje). Un beso enorme y que vaya todo muuuuy bien. Muacs*

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  2. Hola mi xaxaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!
    Ya te lo he dicho casi todo, aunque siempre
    falta algo por decir. Espero estar allí para el
    puente de la constitución; tú no me dejes solita
    que ya sabes q lo mio no son los idiomas. Pero prometo tratar de estar allí unos días y comernos el mundo las hermanas "azucar moreno" jajaja.
    Oye cuídate pedorra y no hagas locuras. Bueno ya sé que harás todas las que puedas y más, que lástima no tener ese empuje que tienes tú, pero cada uno es como es.
    Ya paso otro día a saludarte, besoteeeeeee grandote para ti desde mi biblio.

    Ana

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