domingo, 24 de enero de 2010

Nunca cambiaré

Si una cosa me pone de los nervios sobre mi misma es, sin duda, mi inseguridad, mi falta de autoestima, mi pésima auto-consideración. Ese es el nombre de pila de la madre de todos mis males y pesares en la vida. Y lo peor de todo es que no se como quedarme huérfana de esa figura.

Ese problema cogió un volumen exagerado en el pasado mes de noviembre y principios de diciembre. Todo se tradujo a siete kilos de más. Porque mi problema no sólo tiene nombre, tiene forma y comportamiento que puede quedar reducido a la palabra ansiedad. Si a eso le añadimos una pizca de morriña esto se convierte en el caos absoluto.

He pasado un mes en casa te terapia intensiva contra mi pequeño-gran problema, y cuando ya parecía estar resuelto, me lancé a la aventura, al mundo real, a demostrarme a mi misma que lo había vencido. Y que mejor forma que ponerse a prueba en otro ambiente. Nuevos proyectos, expectativas y retos.

Y aquí estoy, en una ciudad de tamaño similar a Getafe, a una hora, más o menos, en autobús de Londres (pero no olvidemos que ha 14 libras ida y vuelta, que aquí estos ingleses no regalan nada), con el cuerpo aquí y la mente al lado de una estufa en una gran cocina en un pequeño pueblo de la alcarria conquense: Cañaveras.

Pero esta vez no. Está vez me toca ganar a mí, porque de todo se aprende y si miro al pasado descubro que la primera semana en el internado (en las pepas) no fue fácil, pero aquellas mojas se siguen alegrando de verme cuando me da por visitarles. Creía que no aguantaría en el Zóbel aquel primer trimestre y, sin duda, aquellos dos años fueron inolvidables, tanto, que aún conservo grandes AMISTADES (sí, con mayúsculas y me quedo corta).

En la residencia María de Molina echaba de menos el Zóbel y creía que no iba a tener buenas experiencias en magisterio porque no me veía con la suficiente paciencia para esa carrera. Mi mejor época universitaria la viví allí y magisterio acabó siendo una gran pasión a la que ahora me planteo dedicarme (voy a las oposiciones de cabeza el año que viene).

Y que decir de Getafe…Bueno, tengo mucho malo que contar, pero si hago un balance realista hay más momentos buenos, grandes recuerdos…

Así que ahora se que si el camino es tortuoso al principio es porque algo grande se avecina en la próxima esquina.

Se que es difícil estar siempre al pie del cañón con los niños, más si no eres ni su maestra, ni su madre, ni alguien que imponga un poco de autoridad. Es difícil cuando eres una extraña que se ha colado en casa y para jugar eres bien recibida pero no para dar ordenes.

Todo es difícil cuando eres tímido e inseguro. Los niños huelen el miedo y tengo miedo a que lo huelan, pero también me preocupa ser demasiado valiente y pasarme convirtiéndome en un ser autoritario que desprenda más pavor que respeto.

Los comienzos siempre son duros, es difícil adaptarse más cuando tengo esa inseguridad siempre pegada al culo, eso que no puedo cambiar y que me golpea la espalda de vez en cuando. Pero esta vez no voy a quejarme, esta vez no me voy a rendir. La ansiedad no podrá conmigo porque ahora tengo una venta: mis recuerdos, mi experiencias, esas que me enseñan que es mentirá aquellos de lo que “mal empieza, mal acaba”.

Escucho: A quien le importa (Alaska y Dinarama)


6 comentarios:

  1. Todos pasamos momentos de inseguridad. No es malo sentirlo, lo que sí sería catastrófico es dejar vencerse por ella. Hay que coger al toro por los cuernos y enfrentarse. Es la única manera de ganarle la batalla, te lo dice una especialista en estos temas, jejeje! Eve sigue escribiendo tan bien, me emocionan tus historias!!
    Oye y una cosa que en Getafe lo pasamos muy bien y si no acuérdate de nuestras tardes de viernes en periodismo deportivo, jejejej :)
    besos guapa,
    Laura

    ResponderEliminar
  2. Hola Eve
    No diré nada, creo que te lo he dicho todo en mi espacio. Resiste por todos!!!
    Sabes? pusiste la canción preferida de Luismi, que paliza le di en el karaoke, jajaja.
    Ale hermosona, que te quiero un montón y que siempre nos quedan los recuerdos (los buenos recuerdos) los otros mejor tirarlos a la basura, no sirven pa naaaaaaa.
    Besoteeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  3. Ay churri, a por ellos!!!
    Mucho ánimo
    Me encantan tus palabras, artista!
    Lucía
    :)

    ResponderEliminar
  4. Eve...para lo bueno y lo malo TÚ eres la única que puedes perdurar en todo eso...posiblemente cuando te conocí me deslumbraste xk algo de cristal me daba la sensación que tenías, más tarde cuando te fui conociendo, me di cuenta que si ponía empeño podría incluso reflejarme en tus actos, pero hoy en dia al poder haber compartido tanto, puedo confirmate k ni cristal, ni espejo, tu eres el diamante k todo lo puede!!!...
    Muxa suerte princesitaaa!!!...Todos los k tenemos restos de ese diamante lo guardamos muy dentro y sabes k estamos contigo!!
    Colate ;-)

    ResponderEliminar
  5. amigo de la obcenidad
    eve a ti lo que te falta es una revolcacion bien pegada con un rabo gruesote y oscurillo,con las venas marcadas.

    ResponderEliminar
  6. Hola Eve!
    Increible lo que puede hacer una mente perturbada y que no debe de tener ninguna vida. Pq imagino que el comentario de arriba no te lo ha dejado ningún amigo. Vamos, al menos todos los que conozco tienen bastante eduacación.
    Me parece lamentable que haya sujetos así por la vida y que estén sueltos. Y como son unos cobardes se escudan en el anónimato para dejar sus vulgaridades pq nunca aprendieron otro vocabulario.
    Pasaba a ver como estabas de tu constipado, que me dijeron que andabas pachucha; y me encuentro con esa mierda de ahí arriba. En fin, en está vida tiene que haber de todo como diría Machado:

    "buenas gentes que viven,
    laboran, pasan y sueñan, "

    Y lamentablemente:

    "Mala gente que camina
    y va apestando la tierra"

    Como el ente de arriba que en su vida le enseñaron educación.

    Te dejo un beso y me voy pq me ha puesto de los
    nervios el comentario.

    ResponderEliminar