lunes, 2 de noviembre de 2009

Empezando la segunda semana

Todos los seres humanos, aunque tengamos una vida maravillosa, disfrutamos quejándonos. Hay días que nada, ni nadie, puede volverlos turbios, y otros en los que simplemente tienes que pararte a pensar en algo para ponerte triste. “Una veces estas arriba y otras estás abajo” es esa frase que tantas veces repetimos las personas. Pues se podría decir que yo ayer estaba completamente abajo. He pasado eso momentos en los que no sabes muy bien que haces lejos de los que te importan y con unos objetivos no muy claros. Todo el mundo sabe que Londres no es la mejor opción para aprender inglés (que era mi principal objetivo) y buscar desesperadamente un trabajo en una tienda o una cafetería no es algo muy gratificante que digamos, después de todo el dinero gastado en la universidad, el intento de estar arriba para tener que volver a empezar desde cero.

Pero si algo bueno tenemos las personas optimistas es que es rachas de malos pensamientos solo duran unas horas, luego la alegría vuelve sin que ni siquiera te pares a buscarla.

He pasado todo el fin de semana escuchando petardos (pero sin poder ver, ni oler la pólvora) y he descubierto que todavía quedan hombres que piensan que ser un caballero consiste en dejar salir a las mujeres primero y no permitir que paguen nada. Y no sólo eso, también que algunos piensan que las mujeres que bebemos cerveza somos “raras” y que para ellos no están hechos ni el “Lambrini” ni el “Martini” porque son hombres. Si estos me vieran en la cueva del Alvarito bebiendo vino de una calabaza con mi padre, mi tío, Pepe y unos cuantos más hombres, todos mayores de 65 años…Creo que pensarían que están haciendo un viaje al futuro o algo así. Y lo más increíble es que para abrir sus mentes tendrían que ir a un pequeño pueblo de la Alcarria conquense.

A pesar de esa forma de pensar los chicos son muy majos y el sábado me lo pasé muy bien recorriendo Candem con ellos. Pero no puedo negar que me faltó algo de compañía femenina. Menos mal que puede que tenga una visitilla el fin de semana. Me tiene muy intrigada porque no se en que fecha exacta van a llegar pero parece que Sonia y la Pichu están dispuestas a venir a darlo todo conmigo. (¡Qué peligro! ¡Y que ganas tengo de que vengan!)



Sobre mi trabajo: Hoy he cruzado Londres en busca de la oficina de Pret A Manger. Ponía claramente en el impreso que si no te llaman en una semana es que no te necesitas, así que a ver si hay suerte.

De camino a casa me he decidido a comprar el famoso “Loots”, a ver si encontraba alguna oferta de empleo pero antes de abrirlo he visto un cartel en una cafetería. El jefe me ha recordado a Adam porque deben ser más o menos de la misma edad. He salido muy contenta de allí porque el hombre parecía estar bastante entusiasmado conmigo. Está vez no ha sido un “ya te llamaré”, sino un “te llamo seguro”. Me ha preguntado incluso que si no me importaba llegar un poco tarde a la escuela y al decirle que no había problema (hay gente que llega a clase 15 minutos tarde por el trabajo y el profesor no se queja) creo que se ha alegrado más aún.

A cafetería está bastante cerca de casa y no me ha preguntado nada sobre cuanto tiempo voy a estar por aquí así que a lo mejor puedo escaquearme en Navidad. Pero sigo sin saber si comprar o no el vuelo.

¿Y sí paso aquí la Navidad?


Escucho: Que alegría más tonta (Pereza)

2 comentarios:

  1. Podrán pasar los años
    y olvidar los campos donde ayer jugué.
    Podré olvidar mis versos
    que en aquel colegio escribí ayer.
    Podré olvidar
    el día de la fiesta en mi lugar,
    aquella sensación de libertad,
    la tarde de un domingo.

    Podrá quedar muy lejos
    ese pueblo viejo que dormía al sol.
    Podré olvidar el tiempo
    que burlando al viento me sentí mayor.
    Podré olvidar
    las horas de la siesta en el desván,
    mi caja de pinturas
    y mi afán de ser poeta un día.

    Podré olvidar mi sombra
    que de vez en cuando me enseñó a jugar.
    Podré olvidar mi nombre
    que a pesar de pobre me gustó llevar.
    Podré olvidar
    la caricia del viento que al pasar
    dejaba cada tarde en mi portal
    las hojas en otoño.

    Pero jamás yo podré olvidar
    aquel amor primero,
    que fue sincero, que fue verdad.
    Pero jamás yo podré olvidar
    aquel amor primero,
    que fue sincero, que fue verdad.

    Para ti, cañaverera por el mundo,
    besetessssssss

    Ana

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  2. Hola Eve!!!!

    He visto k anunciabas tu blog x el tuenti y como estaba un poco aburrida he dicho voy a ver como le va x el extranjero y ya veo k no t va nada mal. Me alegro d k t lo estes pasando bien y a la vez aprendas inglés. Solo desearte k encuentres pronto un trabajo.

    P.D.: como vean tu blog los d castellano-manchegos x el mundo t contratan jajaja



    Besos

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